RADICALES LIBRES
En estos últimos años se está viviendo un importante “boom” en la práctica deportiva y especialmente en lo que se conoce como “running”, sólo hay que ver cada semana la cantidad de carreras populares que se organizan y la cantidad de gente que acude a ellas. Todo esto lleva a que la gente se preocupe cada día más por el culto a su cuerpo y se interese por muchos aspectos de los que hace años ni si quiera había oído hablar de ellos, como por ejemplo el tema del que tratamos en este artículo; los “Radicales Libres”. Sólo hay que darse una pequeña vuelta por internet y ver la cantidad de artículos que nos aconsejan la suplementación de antioxidantes para combatir los radicales libres y los efectos negativos que estos producen en el organismo. Pero, ¿sabemos realmente que son los radicales libres? ¿Qué son los antioxidantes? , ¿Qué pasa con el ejercicio físico y el aumento de los radicales libres? Todo esto es lo que voy a tratar de explicar brevemente en este artículo para que cada uno elija por sí mismo si es necesario una suplementación para combatirlos, o simplemente con una dieta equilibrada puede “sobrevivir” a los radicales libres.
En los sistemas orgánicos hay dos formas o caminos de producción de radicales libres. Uno por reacciones iniciadas por drogas, alcohol y otros agentes tóxicos y el otro por el proceso que se lleva a cabo a través de la respiración normal. En este segundo aspecto es en el que nos vamos a centrar.
Los radicales libres, son partes de la molécula de oxígeno (O2) que son generados como consecuencia de la no utilización completa de esta molécula en el proceso natural de la respiración. En la respiración hay un combustible, la glucosa y los ácidos grasos que se transforman en energía, generándose moléculas de ATP (adenosín trifosfato). Al respirar consumimos oxígeno, generamos ATP y se quedan como residuos, dióxido de carbono y agua, y también otras moléculas contaminantes que son radicales libres.
La práctica de actividad física moderada puede llegar a incrementar el consumo de oxígeno hasta 15 veces por encima del valor de reposo para satisfacer las demandas energéticas. El elevado consumo de oxígeno, junto con el aumento de la temperatura corporal provoca lo que se conoce como estrés oxidativo que nos lleva a un aumento en la generación de radicales libres.
EFECTOS DE LOS RADICALES LIBRES EN EL ORGANISMO
Por lo general estas moléculas en las cantidades que el organismo las genera, lo único que hacen es contribuir al envejecimiento natural del mismo. Ya que a medida que nuestra edad va en aumento, la combustión del oxígeno se ve reducida, lo que produce un aumento en este tipo de sustancias. También es conocido el papel importante que juegan los radicales libres en procesos de inflamación. Ya que las sustancias liberadas por el tejido lesionado, actúan sobre células de nuestro sistema inmunológico que tiene capacidad de liberar radicales libres cuando se estimulan.
De manera natural los organismos aeróbicos están dotados de una serie de enzimas antioxidantes protectoras, que en gran medida son predeterminadas genéticamente y que combaten perfectamente los radicales libres y el equilibrio oxidativo a lo largo de la vida.
Con todo lo expuesto hasta ahora podríamos sacar la conclusión de que la práctica de ejercicio físico no es tan buena como se dice, ya que provoca un aumento en el consumo de oxígeno y a su vez un aumento en la generación de radicales libres. Conclusión que sería totalmente errónea, pues está demostrado que el entrenamiento físico continuo genera un sistema antioxidante aumentado y una reducción en la perioxidación de lípidos. Por lo tanto los beneficios globales que nos aporta el ejercicio físico moderado, sobrepasan con creces los pocos perjuicios que nos puedan generar los radicales libres. Lo único que se tendría que hacer en gente que practica deporte de forma continua, sería la planificación de una dieta equilibrada que proporcione las cantidades adecuadas de antioxidantes principales. No es nada aconsejable auto medicarse y tomarse suplementos de antioxidantes no prescritos por ningún especialista. Siempre es preferible un alimento natural que un suplemento.
Las principales sustancias antioxidantes que deben de llevar una dieta equilibrada son:
Vitamina C (frutas y verduras frescas, kiwi, piña, cítricos, melón, pimientos, tomate y verduras de la familia de la col)
Vitamina E (o tocoferol) abundante en aceite de oliva, soja y girasol, vegetales de hoja verde y frutos secos)
Beta- carotenos (o provitamina A) (verduras de color verde o de coloración rojo-anaranjado-amarillento como la zanahoria, espinacas, calabaza)
Selenio (carnes, pescados, mariscos, cereales, frutas, huevos y verduras)
Zinc (carnes, pescados, huevos y legumbres). Además favorece la renovación celular e interviene en el sistema inmune, y ayuda al buen estado de la piel.
La conclusión que debemos de sacar es que con el tiempo el ser humano envejece y se “oxida” y debemos de asumirlo como nuestra biología. Lo que si que podemos hacer, es retrasar este proceso oxidativo a base de una buena alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio en relación a nuestro estado físico.